Es conocido en República Dominicana el caso de Claudio Nasco, que para los que no lo saben fue un periodista que murió a manos de unos jóvenes que practicaban la sodomía con él. No quiero aparentar que estoy difamando al occiso, pero como su caso es muy conocido, estaría de más decir que él era un reprimido sexual que necesitaba saciar su sed pagándole a jóvenes para satisfacerlo.
Bien dice el apóstol Pablo: "Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro." Rom. 6:23. Aunque nuestro Señor Jesucristo no dice nada acerca de los gays, sabemos que la homosexualidad es un pecado que se castiga con el infierno, según Judas 1:17 "como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno."
En el párrafo anterior queda bastante claro que Dios aborrece el pecado, y la homosexualidad es una de las cosas que más abomina el Señor. Pero la iglesia ha sido advertida de todos estos males, como Dios lo sabe todo, por medio del Espíritu Santo inspiró estas palabras: "y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío." Rom 1:27 Es una muestra profética de cómo en los últimos tiempos íbamos a ver este pecado expandiéndose en la sociedad.
En conclusión, la ira de Dios se ha encendido contra los homosexuales, y tal como pasó con Sodoma y Gomorra, sufrirán el castigo de Jehová. Así que amigo lector, si eres hombre y te gustan los hombres, o si eres mujer y te gustan las mujeres, te recomiendo que te arrepientas en el nombre de Jesús y visites la iglesia evangélica más cercana.
Dios le bendiga.
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